Mensaje Pastoral


El justo florecerá como la palmera. Salmo 92:12

Esta porción biblica no hace sentido a aquellos que no viven en el trópico. Para nosotros es un árbol común y corriente que cultivamos en nuestros patios y comemos de su fruto. Pero muchos no comprendemos las características de este árbol.

El sustento de los árboles proviene del suelo a través de sus raíces, se convierte en savia y va a la corteza exterior hacia las ramas y hojas. Pero en la palmera la savia sube por el mismo corazón del tronco. La gran mayoría de los árboles mueren cuando se les da un corte superficial alrededor de su corteza, pero esto no sucede con la palmera porque su vida no esta en la superficie, sino en el corazón. Las heridas superficiales no le afectan, para matarla tenemos que cortarla completamente.

Esto mismo sucede con los cristianos, amados. No sufrimos los efectos exteriores del medio ambiente, ni las heridas superficiales porque la vida la obtenemos del corazón. Como la palmera siempre permanecemos verdes porque la vida fluye dentro de nosotros en forma continua. Somos testigos de la gracia de Dios en los días buenos y los menos buenos, los grises y los claros porque comprendemos que el Cristo que es el mismo hoy, ayer y por los siglos mora en nuestros corazones.

 

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